Huevo mineral con Luz Interior

€32,00 Oferta Ahorras

El artículo está en stock Sólo 0 quedan en el inventario El artículo está agotado El artículo no está disponible

Translation missing: es.products.product.adding_to_cart Translation missing: es.products.product.added_to_cart

Huevo de Fluorita, Cuarzo, Citrino y Amatista con Luz Interior
Una pieza insólita, casi alquímica. Este huevo está formado por una fusión natural y misteriosa de fluorita, cuarzo, citrino y amatista, como si la Tierra hubiera querido reunir sus energías más potentes en una sola forma.

Su interior hueco permite colocar pequeños tesoros: minerales, amuletos, deseos escritos o incluso conos de incienso. Cuando se enciende la luz que lleva en su base metálica, toda la estructura se ilumina desde dentro, revelando vetas, colores y destellos que parecen cobrar vida.

Ideal para decorar altares, crear un punto focal en un rincón mágico o simplemente para contemplar en silencio y dejar que hable por sí mismo.
Una cápsula de poder y belleza, hecha para quienes saben ver lo invisible.

Fluorita
La fluorita es la piedra del orden dentro del caos. Organiza los pensamientos, despeja la mente y ayuda a centrarse cuando todo parece moverse alrededor. Sus colores pueden ir del verde al púrpura, y siempre tiene un aire de misterio. Ideal para enfocar, estudiar, meditar o simplemente aclarar el aura.

Cuarzo Cristal
El cuarzo es el canal, el amplificador, el transmisor. Potencia la energía de las demás piedras y actúa como un purificador natural. Es el clásico imprescindible en cualquier espacio espiritual. Donde hay cuarzo, hay claridad y expansión.

Citrino
Luz en estado sólido. El citrino es alegría, creatividad y prosperidad. Se asocia con el plexo solar, ayudando a ganar seguridad, autoestima y magnetismo personal. Una piedra que levanta el ánimo y mueve la energía del merecimiento.

Amatista
Espiritualidad, intuición y paz profunda. La amatista protege, calma y eleva. Conectada al tercer ojo y la corona, es ideal para dormir bien, meditar, conectar con la voz interior y cortar lo que intoxica, ya sea externo o emocional.