La luz y la oscuridad llegando al equilibrio: el equinoccio, Mabon se celebra durante los días 21 y 23 de septiembre, Mabon tiene lugar para pedir por los abundantes frutos de la tierra.
Los druidas bautizaban a Mabon como “Mea’n Fo’mhair”, que simboliza la segunda cosecha, y rendían homenaje al Dios del Bosque, a quien, según la leyenda, representaba un hombre verde. Entonces, ofrecían sacrificios de sidra y vino a los árboles con el fin de celebrar la recolección de la cosecha. Por lo tanto, Mabon representaba el momento de alegría y gratitud por todo lo recogido, es el momento de dejar descansar a la tierra.
Para los pueblos celtas era un tiempo para agradecer, pensar y encontrar el equilibrio interior, un momento de retrospectiva donde los esfuerzos del pasado eran recordados con gratitud. En otoño, la naturaleza se oscurece y se prepara para el invierno y sus meses de descanso. Los árboles se despojan de sus hojas, alentando a soltar lo viejo y terminar el ciclo, permitiendo así la reflexión profunda sobre la vejez y la muerte.
Se rendían honores a los dioses de la prosperidad a través de ofrendas y ceremonias, marcando el comienzo de los tres días de celebración con una abundante cena.